marzo 07, 2008

FOBIOSOFIA / una existencia longeva


Cosa extraña es el asceta. Todo el mundo lo sabe. Porque una cosa es considerar el cuerpo como un pedazo de carne que no está a la altura de las circunstancias y otra muy diferente es empeñarse en no concederle ni el mínimo capricho (aunque reflexionando un poco más sobre esto, el problema tal vez radique justamente en considerar las necesidades corporales como caprichos y no ya en la satisfacción).

Con un cuerpo como el que muchos de nosotros cargamos, coronado por su estandarte, el rostro, que frecuentemente es un artificio confeccionado con poco sentido de la estética, más nos vale admitir que se trata de la parte menos noble de nuestro ser. Sin embargo, oponerse a saciar sus necesidades no puede, bajo ninguna circunstancia, considerarse como una actividad sana.

Los ascetas existieron en muchas religiones, desde tiempos antes del tiempo. Hoy, una nutrióloga con postdoctorado en Harvard se escandalizaría al ver la dieta de estos sujetos. Y ya ni ahondar en otras actividades que van más allá de la ingestión.

Para vivir un vida sana, se nos dice en una avalancha de mensajes a través de múltiples medios, hay que hacer, al menos, la mayoría de las siguientes acitividades cotidianamente:

1. Dormir ocho horas.
2. Trabajar ocho horas.
3. Masticar más de 33 veces cada bocado.
4. Masajear las encías durante cinco minutos.
5. Cepillarse los dientes con una determinada orientación del cepillo según la pieza dental por determinados segundos.
6. Hacer media hora de ejercicio.
7. Relajar la mente durante 15 minutos de cada dos horas de trabajo.
8. Pasar tiempo de calidad con la familia, oscilando entre una y dos horas al día.
9. Mantenerse informado acerca de la situación de la comunidad, de la ciudad, del país y del mundo.
10. Leer al menos 30 minutos diarios.
11. Tomar dos litros de agua al día.
12. Cultivar las amistades.
13. Salir de viaje al menos una vez cada dos meses.
14. Comer frutas y verduras de cinco colores diferentes todos los días.
15. Cenar cereal con fibra para ir al baño varias veces al día, actividad que nos llevará en promedio cinco minutos en lo que respecta a la causa y veinte en lo que respecta al efecto.

Si sumamos el tiempo que nos llevaría realizar todas estas actividades, nos quedan aproximadamente veinte minutos para hacer lo que queramos.

Claro, siempre y cuando no sea:

1. Tomar café, licor o vino.
2. Comer tacos, tortas, enchiladas, hamburguesas, bife de chorizo, queso fundido, pan con mantequilla de cacahuate y mermelada ni nada que haga enojar al roñoso tracto digestivo.
3. Fumar tabaco, marihuana o haschis.
4. Jugar un partido de futbol, porque dura más de media hora.
5. Enviciarse con un juego de video.
6. Mantener relaciones sexuales u homosexuales con múltiples parejas.
7. Practicar un deporte extremo, como cortarse las uñas de los pies en la regadera.
8. Hacer algo que tenga que ver con la computadora, so pena de quedarse ciego.
9. Manejar un auto, quemar una pila de llantas, autistear bajo el chorro del agua o matar una foca y quitarle la piel para venderla, so pena de quedarse sin planeta.

Ciertamente, quien siga todas estas direcciones podría ser considerado como el asceta posmoderno, un pionero del new age, una persona sabia o, con suerte, un metrosexual destacado. Su vida, claramente, se alargará algunos años con respecto a la vida del róckstar sin seguro médico.

Y entonces me pregunto con verdadera curiosidad y no de forma meramente retórica, ¿quién desearía alargar una vida como esa?

3 comentarios:

Pil dijo...

Yofo zafa fofo!!

M. Lecón dijo...

Chema. Grata sorpresa encontrar tu bló.
Salud!
Lecón

Semidios dijo...

Yo por eso hago lo que me pega la gana, cuando hay chance, claro.