mayo 28, 2008

FOBIOSOFIA / medidas legislativas extremas

La delincuencia no cesa. La cantidad de criminales crece exponencialmente todos los días. En algún momento cercano, habrá más delincuentes que víctimas y será muy complicado determinar, en cada caso, si una persona merecía o no sufrir un crimen. Los juicios serán multitudinarios y estarán llenos de recovecos fruto de las declaraciones de cada uno de los involucrados que, a su vez, desatarán más cabos para la investigación. Será un infierno legal. Será el final.

Una utópica y malísima película joliwudense llamada MINORITY REPORT explora una imposible solución a este problema que se nos viene encima. Mediante tecnologías absurdas, los gobiernos se vuelven capaces de predecir la actuación de una persona en una determinada situación. Con esta información, pueden arrestar a la gente antes de que cometa un delito.

Si bien es imposible determinar el futuro, no es imposible determinar el grado de estupidez de un individuo elegido al azar. Hay pruebas, exámenes, signos claros y abrumadores de su capacidad intelectual.

Mi propuesta legislativa, que con suerte llegará a oídos de alguien que pueda hacer que se debata en los estudios del afamadísimo y cubierto de rating CANAL JUDICIAL, consiste en condenar la estupidez. Esto es, dictar penas para los estúpidos, legislar para convertir la estupidez en crimen.

De esta forma, y dado que la gran mayoría de criminales son estúpidos (por lo menos en la Ciudad de México), podríamos mejorar el nivel de vida de los citadinos y convertir esta ciudad, esta vez de verdad, en la ciudad de la esperanza. Claro, siempre y cuando el señor Ebrard y las cabezas del poder legislativo pasen, a su vez, la prueba de la estupidez.

Con cada vez menos criminales en la calle, el sistema legal encontrará un respiro, tiempo suficiente para poder dedicarse a la profesionalización de todos aquellos que lo componen. El poder judicial se haría cada vez más fuerte y confiable, de forma que cada día resultará más estúpido cometer un crimen.

Un círculo virtuoso increíble.

He aquí la historia del primer afectado por esta hipotética ley: click aquí.

mayo 13, 2008

FOBIOSOFIA / frutas afrodisiacas

Dentro de la posible orgía de frutas que se lleva a cabo en nuestras cocinas mientras nosotros estamos trabajando, hay algunas que son preferidas sobre todas las demás. Por ejemplo, al plátano le gusta frotarse con casi cualquiera, lo que lo hace ideal para frutas solitarias que se han quedado sin pareja para las 4 ó 5 de la tarde. Esto es, que están a punto de quedar completamente relegadas de la orgía.

Las peras y las manzanas son muy compatibles, por cuanto sus entrañas tienen una textura suficientemente semejante como para incluso pensar en una relación más seria. Las uvas siempre van de a dos o de a tres a cada encuentro, por lo que resultan bastante atractivas a frutas exóticas que gustan de relaciones fuera de lo convencional como la granada, la carambola y los higos.

Ocasionalmente, algún otro elemento culinario se agrega a la bacanal. Casi nunca es bien recibido. Tras largas entrevistas con sicoanalistas renombrados, se ha logrado entrever que la razón fundamental del rechazo a verduras, lácteos, panes y especias se debe a que, por lo regular, son demasiado salvajes.

En la última orgía llevada a cabo en mi cocina, acudieron un par de vegetales que, al ser fotografiados desnudos por mi frugal informante, perdieron los estribos y lo hicieron papilla. La película que descansaba dentro de su cámara jamás fue encontrada. Hace unos días, encontré el filme tras la alacena. Otra fruta me confesó después que, aunque al principio parecían dos verduras de buena familia, resultaron ser bastante agresivas, hasta el punto de llegar a maguyar a dos o tres frutos que profesaban el nihilismo, es decir, que decían no creer en nada y que no quisieron defenderse ante la agresión.

Revelé el rollo y me llevé una fuerte impresión al ver a este par de zanahorias desnudas y excitadas:

mayo 03, 2008

FOBIOSOFIA / bases argumentativas de lo fashion


Las modas en la manera de vestir son ambiguas, contradictorias, ridículas y no tienen un protocolo de aparición ni cíclico ni estable. Todo lo que hoy se considera "in", ayer estuvo "out" y viceversa. Y aunque hay algunas prendas que siempre estarán "out", como los ligueros, la mayoría pasan del "in" al "out" sin ningún orden y sin ninguna razón aparente.

Por otra parte, "in" y "out" son palabras que denotan un lugar con respecto del cual una prenda o un estilo está dentro de él o fuera de él. Ese lugar es un misterio que, se rumora entre los estudiosos del tema, sólo es conocido por los editores de las revistas Esquire, GQ, Cosmopolitan (en su versión británica) y, en alguna época, también por los editores de la revista ERES. Algunos pensarán que sobra decir que la época a la que me refiero es aquella en la que aparecían en la portada de la revista entes poco afortunados como Paulina Rubio y Luis Miguel formando parejas de cretinos que debían funcionar como parangones juveniles del bien estar, del bien vestir y, por qué no, del bien ser.

En fin. El mundo de la moda no es para todos. Es una disciplina complicada a la que hay que dedicarle años de estudios en materias tan abstractas y contemplativas como las tendencias, los materiales de las telas, las cirugías plásticas, los implantes, las drogas de diseño y las poses fotográficas. Si tienes talento y dedicación, quizá algún día, después de años de estudio, puedas llegar a merecer la mitad de lo que ha logrado gente como Joan Rivers. Una verdadera "achiever", diría el señor Lebowski (el magnate, por supuesto).

La última encrucijada racional con la que se han encontrado los investigadores de estos temas hace referencia justamente a la nomenclatura. La pregunta que ronda las mentes brillantes de estos sujetos es la misma en todas las capitales de la moda (Milán, NY, Londres, Madrid, Tokio y Atlacomulco): ¿cómo referirnos a los "in's" y "out's" en esta temporada en la que se puso "in" estar "out"?

Caray. Una interrogante que, humildemente, no me atrevería siquiera a intentar contestar.

En efecto, hoy en día, está "out" estar "in" y lo más "in" es estar "out". Usar marcas de tenis súper "out" como Panam, está "in". Hacerte un peinado elaborado en el salón de belleza más "in" de las lomas está "out".

La industria de la moda está en crisis. Se ha convertido en la mitológica serpiente que se come la cola, ha llegado a un impassé terrible. ¿Será la muerte de esta filantrópica y básica disciplina humana? ¿Podrán Paris Hilton con sus bolsas Louis Vouitton y Usher con sus Nike blancos salvarla de su trayectoria de colisión con la muerte?

Son respuestas que quizá encontrarás, amable lector, en la próxima campaña de El Palacio de Hierro, en los irracionales autopromos de MTV LATINO o en la editorial de la revista IN STYLE, dedicados respectivamente a preservar, dictar y adular a la industria de la moda en nuestro país.

Tal vez el último grito de la moda comience a ser "estar between".

FOBIOSOFIA / aviso inoportuno

La publicidad se parece mucho a las suegras, a la pobreza y a la humedad: se cuelan por la mínima rendija y no hay quien la saque de ahí.

Y deberíamos decir también que además de huidiza es muy molesta. Los dueños de las marcas siguen pensando que todos somos idiotas y que si nos dicen cosas como "si quieres jugar como los futbolistas de la primera división, no dejes de tomar Jarritos" o "la nueva fórmula de Coca Cola Zero sabe igual que la Coca Cola original", vamos a terminar tomando Jarritos y Coca Zero sólo porque lo plantearon en esos términos exactos.

Y en el futbol la cosa no se queda atrás. Transmisiones televisivas, letreros a las orillas de las canchas, banditas que se ponen los jugadores en la cabeza, edecanes, inflables, edecanes inflables... no hay un sólo lugar en el que nos dejen en paz.

El momento cúspide de la intromisión publicitaria fue cuando decidieron pagar para aparecer en la camiseta de los equipos de futbol. Empezaron la conquista del deporte, su aniquilación, de una manera lenta. Primero fue un nuevo logo en el pecho. Luego, en la espalda, más tarde en los calcetines y por último en todos lados.

Los aficionados a los que nos gusta comprar camisetas, de pronto nos vimos portando logos enormes de instituciones bancarias a las que aborrecemos, cajas de ahorro, panes, cervezas, refrescos, en fin. Me llena de rabia.

Las camisetas de futbol cada vez se parecen más a los trajes de los pilotos y a la sección de aviso oportuno de los períodicos. Aunque pensándolo bien, quizá funcionen mejor que el aviso oportuno. Por supuesto, anunciarse en una playera de futbol constituye una inversión muy fuerte, pero durará para siempre, la traerán puesta cuatrocientos mil personas al día y saldrá en televisión diariamente al menos una vez. Si lo vemos a largo plazo, la inversión se diluye y comienza a ser negocio.

Una de las camisetas más baratas de la liga local es la de los Tecos, que aunque es muy fea, también es muy llamativa. La directiva anunció el nuevo uniforme la semana pasada, así se vestirán los tecolotes durante el próximo torneo:

(DALE CLICK PARA VER LA IMAGEN DE CERCA)

mayo 01, 2008

FOBIOSOFIA / notas mentales ahumadas e inconexas

Sólo en México está prohibido fumar en un bar patrocinado por una marca de cigarros. ¿La razón? La nueva ley de "ambientes libres de humo" ha entrado en vigor en bares y restaurantes en el DF. De lo que no se han podido liberar los bares y los restaurantes es del ambiente hostil, de la mala onda, de la pérdida del 24% de su clientela y del eventual pago de multas provocadas por algún libertador que no está dispuesto a obedecer leyes estúpidas.

Empiezan a surgir nuevos bares dados de alta como clubes privados. La membresía cuesta un peso y realmente no hay ninguna restricción para entrar. Ahí dentro, se puede ejercer el derecho a fumar.

Está de moda quejarse. Y dentro de los temas más socorridos está el del humo del cigarro.

Es evidente que las autoridades sanitarias inventaron el término "fumador de segunda mano". Lo que no es evidente es la razón por la que lo hicieron. Y aunque no tengo los argumentos para fundamentar esta declaración ni me interesa encontrarlos, creo que tampoco existen los argumentos para demostrar que ese término no fue inventado.

Por otra parte, creo firmemente en que una de las cosas más sanas que se pueden respirar en cualquier punto del DF es el humo del cigarro.

En fin. Tarde o temprano el gobierno entenderá que todos tenemos el derecho a hacernos daño a nosotros mismos. O quizá, si sus intereses económicos no se interponen demasiado, entenderá que para prevenir a los mexicanos de los peligros del cigarro sería mucho mejor no favorecer a las empresas de tabaco extranjeras para su desarrollo en la economía de México. Aunque no sé por qué tengo la impresión de que no sucederá.

BREVES / festejos inestables

Dejar de trabajar el día del trabajo es el equivalente a incentivar el festejo de los adultos el día del niño, olvidarse de las madres el 10 de mayo o recordar y saludar a toda la historia de México con excepción del grito de Dolores en septiembre 16.

FOBIOSOFIA / la cruda de los años noventa


Por varias razones, la generación que hoy oscila entre los 25 y los 50 años podría pasar por la historia sin marcarla de ninguna forma. La cantidad de gente que hoy habita el mundo y la enorme posibilidad que todos tienen para publicar textos, hacer videos, declarar guerras, ganarlas, descubrir elementos subatómicos, fabricar ropa, curar enfermedades o marchar y llenar el zócalo, son sólo algunos de los factores que influyen probabilísticamente en el camuflaje y la fusión de esta generación con el lienzo de la historia. En otras palabras, la probabilidad de que esta generación se pierda en el paisaje de la historia mundial es insoportablemente alta.

Sin embargo, después de dedicar largas charlas con Ale a este tema, desenvainar la espada argumentativa y asestar dos o tres buenos lances, llegamos a la conclusión de que la razón que mejor explica esta predicción es meramente lingüística.

Todos hemos escuchado frases como: "el charleston es el baile que definió el estilo de los años veinte" o "Vamos a una fiesta ochentera" o incluso "¡Cómo me gustaría vivir en los sesentas!".

Entonces, ¿cómo llamarle a este década? ¿Los años cero? O simplemente "los ceros". Usar una gorra al estilo del Che Guevara y unos All Stars rojos es la tendencia de los ceros.

Por favor. Estaremos todos de acuerdo en que se escucha simplemente ridículo, sin mencionar la connotación escatológica que el fonema "cero" puede llegar a adquirir.

Haciendo referencia a otras épocas, la gente se habituó a referirse a la década que corre del año 1900 al 1910, por ejemplo, con la frase "a principios de siglo". Sin embargo, la referencia parece injusta, puesto que si queremos hablar, por ejemplo, del año 1911 o incluso del año 1921, podemos seguir llamándole con cierta corrección "principios de siglo".

Cuando un historiador quiera hacer referencia a la crisis energética de México, al boom de ciertos actores cinematográficos en Hollywood, a la década del florecimiento definitivo del futbol inglés a nivel de clubes o al encrudecimiento del problema de la anorexia en el mundo, tendrá básicamente dos opciones:

a) Dejar en la ambigüedad al lector y al estudiante utilizando la inexacta frase "a principio de siglo".
b) Olvidar el tema y enfocarse en narrar lo sucedido entre 2011 y 2020.

Ahora bien, pensándolo más profundamente, tampoco es común hablar de los años dieces. Y es así como el 20% de la historia humana se encuentra irremediablemente destinada al olvido. Como aprendizaje, es necesario entender que si tenemos alguna vez una idea genial que queremos que nos saque de pobres o nos inscriba en el libro universal, lo mejor que podemos hacer es comenzar a desarrollarla a partir de 2021.