Ante la inminencia del fin del mundo (dramatización) predicho por Al Gore (foto de archivo), no nos queda otra opción que intentar que todo, empresas, organismos no lucrativos, clubes, oficinas, familias y relaciones personales, etcétera, tengan un funcionamiento sustentable, tanto socialmente, como ecológicamente.
Esta titánica tarea es completamente imposible. No obstante, para crear una secreción cerebral de endorfinas conocida como tranquilidad de conciencia, podemos emprender un sinnúmero de tareas sencillas que, en conjunto, se convierten en una verdadera forma de retrasar lo inminente y otorgar así, a todos los seres humanos, unos minutos más de vida normal, antes de empezar a arrancarnos los brazos unos a otros para poder comer.
Un listado de estas sencillas tareas puede ser encontrado en otros blogs, jamás en éste.
Si continuaste leyendo o picaste el link y regresaste al principio pero la segunda vez que llegaste hasta este punto ya no picaste el link, te ofrecemos una forma innovadora y sencilla de ayudar a postergar el fin del mundo.
Lo llamamos (estoy usando el royal "we", you know, "the editorial..."): DIETA SUSTENTABLE.
Todos sabemos que la acumulación de basura no biodegradable en la superficie de la tierra es uno de los principales problemas ecológicos del momento. ¡Lo que podríamos ayudar si no generáramos basura inorgánica! Nuestra solución es sencilla. Consiste en una simple dieta sui generis:
LECHE DIETÉTICA (Envase de cartón)
DULCE DE GUAYABA (Envoltura de celofán)
BARRA DE CHOCOLATE (Envoltura de papel)
YOGUR SIN CALORÍAS (Envase de plástico con tapa de papel aluminio)
Cada vez que comas algo que tiene una envoltura o un envase no biodegradable, cómetelo con todo y envase o envoltura. Así, cuando vayas al baño, estarás generando mierda multicolor, que, señoras y señores, ¡es biodegradable!
5 comentarios:
Con ese espíritu de sustentabilidibilidibilidad yo incluyo en mi dieta productos que el consumidor común podría considerar como basura, por su avanzado estado de descomposición. Con el único fin de no desperdiciar alimentos, que en esta época son un bien tan mal distribuido que nos tiene al borde de la catastrofe alimentaria, he implementado el “día de comer basura”, generalmente los fines de semana, antes de ir al supermercado a comprar alimentos en mejor estado, que eventualmente alcanzarán los mismo niveles de putrefacción que los que tengo que comer el día de las sobras. Y debo decir que los resultados en términos de desechos biodegradables superan con creces (y con heces) las expectativas de manejo sustentable de residuos.
Ajajajajaja!!!! Fiiiiiu!!!! Llevaba días sin tener una imagen tan feliz como la de ver al Benja atascándose un yogur Vitalínea. Es un maravilloso ejemplo. Comenzaré a pensar en lo biodegradable de la mierda a partir de ahora.
Propongo otra solución, semejante en teoría, distinta en la práctica: Convertir las cosas en mierda para que sean biodegradables. Para ello sólo basta convertirse a la cienciología y luego decir que "Tal cosa es una mierda". O solamente decirlo y ya. Tal vez lo literario algún día cobra más fuerza que lo literal.
Un abrazo!!!!
Lu =)!
Interesante teoría sobre el retraso de lo inminente. Me divertí mucho leyendo, además creo que hay buen material para hacer un falso documental sobre el cuerpo humano como planta procesadora de reciclado inorgánico(la secuencia de fotos es muy ilustrativa)
El trabajo de calmar conciencias es lo de hoy. Saludos
La propuesta es un poco extrema. No la compro.
Att, Fan escéptica del posible reordenamiento natural (o inducido) de los elementos.
Man, no voy a hacer hincapié en la relación que hay entre que únicamente son chicas las que han comentando este post y que sea yo el protagonista ejemplar, pero te hace pensar...
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