enero 15, 2008
FOBIOSOFIA / homo meteorus
La genética es una ciencia muy paciente. Los cambios que experimentan los sujetos vivos y que dan lugar a una buena parte de su objeto de estudio son extremadamente lentos y, por tanto, imperceptibles. Ahora bien, no porque el movimiento sea imperceptible, significa que no suceda.
A mí y a un grupo de observadores nos consta que este movimiento, el de adaptación natural, sucede. Y hay un lugar en el que, además, nos consta que no sucede tan lentamente. Se trata del sistema de transporte colectivo de la Ciudad de México, conocido popularmente con el nombre de Metro -también Meteoro.
Rápido, moderadamente barato, con variedad de olores y sonidos, el Metro del DF constituye, además de uno de los métodos más modernos para transportarse, un verdadero corredor económico para millones de conciudadanos que diariamente compran y venden objetos de índoles diversas.
Y aunque la comodidad durante el viaje no es una de sus principales características (en efecto, no hablamos de literas romanas cargadas por esclavos traídos de Egipto), tampoco podemos decir que se trate de algo insoportable.
Además, refiriéndonos propiamente al punto central de este texto, los organismos que utilizan mucho este medio de transporte tienden a producir, o, usando un término más apropiado, catalizar, algunos cambios que llamaremos apropiadamente "adaptaciones genéticas" y que enlistaremos a continuación:
1. GARRAS INFERIORES (Podus Picapiedrus)
Consiste en una adaptación que sucede en las uñas de los pies. A pesar del uso de calzado de material resistente, las uñas encuentran su camino hacia afuera y, describiendo una parábola hacia el suelo, terminan por encajarse en casi cualquier superficie, proporcionando estabilidad frente a los cortones de energía, enfrenones de vagón y avalanchas humanas, que suelen presentarse (una o más a la vez) de dos a tres veces en el trayecto de estación a estación.
2. FALANGE COBRADORA (Atracus Digitalus)
Esta extraña adaptación natural consiste en el sencillo crecimiento de una sexta falange en la mano izquierda, aparecido en la parte posterior del denominado dedo "chiquito", correctamente llamado meñique. Aunque es mayormente conocida por ocurrir en personajes que tocan algún instrumento dentro del Metro, dado que necesitan recibir las monedas que se les ofrece sin dejar de tocar, ha habido casos en los que aparece también en gente a la que le cuesta trabajo recoger las monedas del cambio en la ventanilla.
3. CAMPO DE FUERZA (Hediondus a la Redondus)
Este es un trabajo interno del cuerpo humano, un trabajo glandular. Se trata de la generación de mucho más sudor que el habitual y con mucho más olor. En el momento en que el vagón comienza a llenarse, el individuo con esta adaptación comienza a secretarlo, generando un espacio inhabitable para un ser humano, excepto para él, por supuesto. El objetivo: conseguir un espacio para el libre movimiento y la libre maniobra.
4. LENGUAJE MUSICAL (Tonitus Cantaditus)
Si bien todo defeño posee un tono de la voz cantadito, con el que el individuo, inconscientemente, pretende diferenciarse de todos las demás personas que habitan el mismo metro cuadrado que él, la exposición al Metro cataliza esta adaptación, haciéndola particularmente preciada para quienes ofrecen algún producto en trato comercial.
5. ANO PRÉNSIL (Anicetus Prensilus)
Este es la más complicada de las adaptaciones que se han encontrado en individuos que viajan frecuentemente en este transporte. Se trata de una pinza desarrollada en los músculos del ano, que permite colocar un tubo vertical en medio de las nalgas y aprehenderlo, adquiriendo así el máximo control que se haya podido tener alguna vez sobre la propia verticalidad en un viaje de Metro. Uno de cada mil millones de individuos que suben varias veces al día lo han desarrollado. Lamentablemente, por su rareza, pocos individuos se atreven a utilizarlo y el estudio de sus consecuencias se ha visto seriamente mermado.
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1 comentario:
Eres un imbécil.Punto.Ah! Y cuídate que te falta poco para tener completamente desarrolladas todas las características, aunque tus garras son de nacimiento. Adiós gordo.
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