Por muchas razones puedes terminar apareciendo en una fotografía en la que no deberías estar, haciendo cosas que no deberías haber hecho jamás y quizá adoptando una posición corporal que creías imposible: suerte, inmadurez, ebriedad, calentura, un paparazzi, en fin. Las variables son demasiadas y no son tema de este blog -es más, tal vez no deberían ser tema de ningún foro ni de ningún medio si tu apellido no es Bruni y la estupidez que hiciste no fue bailar desnudo en público (condiciones suficientes y necesarias).
Por razones más claras (evitar una demanda o proteger la identidad de algún pobrediablo), los medios suelen distorsionar algunos rostros que aparecen en ciertas fotografías o en imágenes captadas para la televisión. Cuando esto sucede, los resultados son aterradores.
Y no me refiero a las ""notas" "periodísticas"" (adviértanse las comillas en cada uno de los términos y en el término que forman las dos palabras juntas) que normalmente acompañan estas imágenes en medios terriblemente amarillistas. Me refiero a los resultados estéticos de las personas que han sido deformadas para aparecer publicadas.
¿Qué no hay escrúpulos periodísticos? ¿Qué no hay un mínimo respeto por los rostros de los ebrios, las celebridades, los muertos o los asaltantes arrepentidos? ¿Quién decide que esas narices achatadas no merecen la pena de seguir exhibiéndose diariamente por las calles?
Gracias a dios existe este nuevo producto. O al menos debería existir.